lunes, 10 de enero de 2011

Cambios extraños.

Cambiar siempre resulta difícil. Cambiar implica muchas cosas, implica muchos factores y hasta muchas personas. Cambiar no siempre es bueno, transformar las cosas no siempre resulta tan sencillo como esperamos y ahí es cuando nos sentimos atrapados, sin una salida aparente simplemente nos hundimos más en quienes no queremos ser pero quienes simplemente somos y no sabemos como dejar de ser. Cambiar implica esfuerzos, implica dejar cosas atrás y aprender muchísimas cosas para así seguir adelante. Cambiar a veces es una acción de odio que simplemente necesitamos llevar acabo para sentirnos bien en un momento determinado. Necesitamos cambiar de sentimientos para evadir otros que nunca parecieron ayudarnos, necesitamos cambiar de vida porque la que llevamos no parece entregarnos lo que creemos merecer, necesitamos un empujón que casi siempre resulta ser drástico pero que en la mayoría de los casos simplemente nos encamina a lo que puede o no ser el destino que esperamos.

Cambiar a veces ni siquiera es una decisión que nosotros mismos tomamos, los cambios a veces simplemente se dan por si solos y por eso es que al encontrarnos con esa nueva persona nos confundimos y comenzamos a interrogarnos acerca del momento en el que todo empezó a ser diferente, en el momento en el que algunas palabras comenzaron a perder significado y otras pasaron a convertirse en nuestra propia Biblia. Es difícil mirar al espejo y que de un día a otro el reflejo que vemos no sea el que alguna vez amamos y quisimos conservar. Un día cualquiera te encuentras con un extraño con los ojos vacíos en el espejo, mirándote y recordándote que lo que fuiste difícilmente volverá a ser y lo que serás no puede ser nada bueno si quien te lo dice es un reflejo que ves, que sabes que eres tu pero que simplemente desconoces y aceptas. Un reflejo que no conoces no es tu reflejo y nunca lo será hasta que encuentres en los ojos de este los ojos de quien fuiste alguna vez y que por algún error cometido, por alguna decisión mal tomada dejaste ir. Lo dejaste ir y con el dejaste que cualidades maravillosas se fueran volando con las ráfagas de viento que creíste que te darían alas pero que al final solo arrancaron de ti cualquier fibra e intención de volar que alguna vez pudiste tener.

Cambiar significa muchas cosas, cambiar significa perderte o encontrarte, amar u odiar, vivir u olvidar. Significa perder o ganar el juego que se está dando en tu vida. Significa tomar decisiones y aceptar que si no te reconoces en el espejo es porque no has tenido el valor ni las agallas de luchar por ser el que solía haber en ese reflejo. Porque cambiar significa tomar riesgos, significa amar cosas nuevas, odiar también, pero si tu camino es el que cualquiera con un buen corazón puede desear entonces en ti está tomar la decisión de salir al mundo y darle una buena patada por no ser lo que quieres. Lo que si es el mundo es algo que tu puedes cambiar, porque si el mundo te cambio una vez y te hizo daño entonces ahora es momento de que tu cambies tu mundo de la forma en que quieras, porque si no lo haces en algún momento cambiarás tanto que te perderás en el camino y cuando veas tu reflejo verás solo arrepentimientos, odios, venganza y años de tiempo perdido.

Cambiar es arriesgado, muchas veces da miedo y probablemente enfrentar cambios es de las fobias más temidas. Pero cambiar es necesario si te das cuenta de que ya has cambiado demasiado a tal punto de que sea ya la hora de volver a cambiar y hacer las cosas bien. Cambiar es avanzar si cuando cambias lo haces para bien. Si cambias para mal solo estas caminando para atrás, en arena movediza y con los ojos vendados, llorosos y futuramente arrepentidos.

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