jueves, 8 de agosto de 2013

Parte 6.1: Soundtrack



La banda sonora de mi historia.

Al menos una parte....





Irónico como la música sin letras nos traslada de una manera casi palpable a un momento de nuestras vidas, puedo recordar canciones infinitas con letras devastadoras que me llevan a un sitio en especial, a una caricia, a un beso o un abrazo. Puedo recordar inclusive canciones de despedida, de bienvenida como esa cantada debajo de Libertad o aquella vociferada en cierto parque de arboles torcidos. Puedo recordar canciones para llorar en tardes soleadas como aquellas de cierta adolescente en crecimiento hacia la fama o inclusive canciones para el amanecer, como aquellas de Empire of The Sun o de Black Kids que acompañabas con un cereal altamente azucarado y unos omelletes quemados que fingía comer con el mayor de los gustos, no puedo negarlo, en ocasiones sí sabían bien. Es increíble como la música en sí puede crear toda una historia simplemente basándonos en recuerdos, en momentos vividos y frases dedicadas una y otra vez, la música fue nuestra base, nuestros momentos felices, tristes, difíciles y de incertidumbre todos tienen una banda sonora, una que no se repite y que no se olvida. Comenzamos esta parte con una cancion de Rod Thomas, se llama 'Funbags' y la recuerdo porque casi sin conocerlo me recomendó verme la película 'The Romantics', la cual me encantó y hoy en día es de mis favoritas, aunque verla es tortuoso. 'Funbags' es de esas canciones que me recuerdan mi intento frustrado de conquistarlo al no conseguir inicialmente el nombre de la canción que él quería. Más adelante se volvería banda sonora de uno de sus proyectos y mucho más adelante, una canción similar a un taladro en mi cabeza, pero al fin y al cabo es música y eso, a diferencia de una persona, está por encima de todas la cosas. 





Lo sé, dirán: "Que hombre más gay" pero el que no haya notado que esto es una historia gay bien puede releer las pasadas 5 partes de la historia. Esta canción tiene algo particular y más que recordarme amor me recuerda la espera, si, la espera, me recuerda un periodo de tiempo hace poco más de dos años en el cual extrañé cada centímetro de su cuerpo, extraña sus miedos, su risa fea, su mirada perdida, sus comentarios infantiles y todo lo que representaba en ese poco tiempo de llevar juntos. Se sale un poco de lo convencional a lo que ambos escuchábamos y nos dedicábamos, pero esta canción me recuerda lo firme que pueden llegar a ser mis pensamientos con respecto a algo que quiero, a algo que necesito y a algo por lo cual espero. Me recuerda no solo la paciencia y la agonía de esperar sino también me recuerda mis límites y mis limitaciones lo cual son dos cosas totalmente diferentes, mis límites son esas barreras que conozco, que he tocado, que he visto y he conocido pero que nunca he cruzado. Por otro lado mis limitaciones son eso que debo romper, eso que debo superar, eso que no me va a dejar atrás. Y en este momento, mis limitaciones no las veo porque sé que puedo chocar contra el mundo, contra alguien, perder o ganar y aun así, seguir dispuesto a correr hacia adelante, hacia él, hacia algo, ya ni sé.




¿Quien no se ha sentido aterrado? 
¿Quien no se ha sentido vulnerable y perdido?
¿Quien no ha desconfiado de un mundo desconocido?
¿Quien no se ha olvidado de amar por miedo a no poder olvidar?
¿Quien no se ha rendido antes de comenzar siquiera a asustarse?
¿Quien siente que no peleó lo suficiente por algo tan fácil de vencer?
¿Quien no ha amado sabiendo que el amor es un juego de dos perdedores?



¿No les pasa que el amor les deja cicatrices? ¿Morados? ¿Marcas que nunca se van? Bueno, amar es prácticamente caer en un abismo, lo bueno es que caemos agarrados de la mano de alguien más, nos dejamos llevar y nos lanzamos hacia un mundo nuevo con esa persona y vamos con un parche en los ojos dejándonos llevar por ese sentimiento tan abrazador, tan persuasivo y a la vez traicionero. Nunca dejen de hacerse morados en el cuerpo solo por evitar dar un salto. Nunca eviten un golpe por miedo al viaje del cielo al infierno. Nunca, nunca, nunca, dejen de amar por miedo a no poder borrar morados en sus rodillas. Por miedo a caer es que no vuelan las aves neófitas y por ese mismo miedo nunca vuelan. 




Si, puse dos al mismo tiempo porque ambas comparten la idea de esta parte. La despedida, como dolían las despedidas, ese sentimiento de apego a la otra persona literalmente llegaba a un punto enfermizo en que la ausencia del otro dolía como ninguna otra cosa, en que la dependencia era simplemente inevitable y el sentimiento de vacío era insoportable. Reconozco que era agridulce, agrio por la despedida, dulce por saber que en el momento en que nos volviéramos a ver ese sentimiento se iría y simplemente la felicidad, como siempre, invadiría todo en nuestro alrededor. En realidad me gusta hablarles de esto porque en realidad siento que primero: no se debe esperar menos del amor; segundo: para prepararse en términos del amor, el amor es dolor, así sea feliz, es dolor. Por una causa o la otra el amor siempre hace que algo nos duela, la felicidad duele y en este punto sé que duele porque en el fondo sabemos que se acabará. Ahí es donde nos preguntamos si ser felices en realidad es algo que logramos llegar a ser o si son simplemente conjuntos de momentos que acumulamos a lo largo de nuestras vidas los cuales al recordarlos nos dan esa felicidad de nuevo. Pero nunca he considerado la felicidad como un estado único y totalitario, porque en el fondo todos sabemos que algo, sea lo que sea, interrumpirá la felicidad, bajándonos a La Tierra de nuevo y dándonos más caminos para seguir recogiendo pedazos de cielo en el piso. 



Hablando de pequeños momentos de felicidad, vamos a dejar un espacio aparte para esta canción y después les explicaré lo que yo llamo '7 Segundos de Felicidad". Un momento de felicidad con respecto al amor lo defino como ese momento al que te devuelves en el tiempo y si recuerdas dos o 3 escenas es mucho, lo que recuerdas es tu cuerpo, el suyo, la interacción y lo que se sentía. Particularmente en este momento siento mis pies mojados, encima de los suyos, cantando esta canción, tarareando y bailando un vals improvisado, siento risas y una mirada clavada en mis ojos pero más que eso atravesada en mi pecho quién sabe por cuanto tiempo. Más que tristeza es alegría lo que siento, es una paz que nadie me quita ni nada lo compra. Siento mis pies acá conmigo, pero en realidad estoy lejos de estar sentado bajo una luz tenue escribiendo estas palabras. Estoy en un momento cumbre que le dí, que nos dimos, que vivimos y siento que vale la pena recordarlo, porque si te hizo feliz, si te regalo un pedazo de ese cielo, vale la pena recordar eso que te atravesó y te inspira en este momento solo un buen recuerdo e infinidades de planes que me recuerdan que no, que nunca lo dejé ir. ¿Porque? Por lo siguiente:



“Un alma gemela auténtica es la persona que 
te saca todo lo que tienes reprimido, 
que te hace volver la mirada hacia 
dentro para que puedas cambiar tu vida. 
Es la persona más importante que 
vayas a conocer en tu vida, 
porque te tira abajo todos los muros. 
Pero ¿vivir con un alma gemela para siempre?
Ni hablar. Un alma gemela llega a tu vida
para quitarte un velo de los ojos y se marcha.”



Suena estúpido y ni sé si esa será la persona
o si yo fui esa persona, pero esta frase 
(que no revelaré la fuente por no hacer el 
blog aun más homosexual) representa 
lo que siento con respecto no a la persona 
sino al sentimiento, a lo vivido, a lo amado, 
a la enseñanza y al camino recorrido. 


De la persona ya no queda mucho que amar. 




Piensen en una tarde oscura, una cama caliente, un Domingo de esos existencialistas y lo mejor, una compañía que comparta contigo una canción con una voz tan tajante, una melodía tan melancólica y unos tonos simplemente devastadores. Bueno, he aquí una canción de esas para escuchar en una de esas tardes, más si esa fue la primera vez que dormían juntos y abrazados así fuese por una o dos horas mientras por fin podías salir de su habitación. Una canción así es de esas que te transportan no solo a ese momento bonito vivido en el pasado sino de igual manera a muchos más momentos en los que te preguntas sí realmente el día siguiente seguirás contando con esos momentos de felicidad, te preguntas si realmente esta sensación es infinita o si realmente te ama lo suficiente para no dejarte ir, ni en la noche ni en el día. Te preguntas si el miedo será superado, si sus miedos los vas a suprimir con tu amor, te preguntas si sus complejos serán más grandes que lo que siente por ti. Les cuento que si, así fue, el amor superó muchas cosas, dejó muchos avances en su vida y en la mía, y como buena alma gemela.... bueno pues ya saben. 

Lo malo de eliminar barreras y abrir puertas es no saber si las quieren después pasar contigo. 




Esta no es una canción que esté incluida directamente en la historia, digamos que simplemente es una que recuerdo más por mi que por los dos, la recuerdo no por momentos vívidos si no por esos momentos que de hecho no vivimos, de esos en los que soñamos, de los que hablamos, de los que de manera ridícula e infantil llegamos a creernos y a elaborar de forma casi real en nuestras cabezas. Esta canción me recuerda a mi mismo como una persona vulnerable a elección propia, como una persona abierta a cualquier cosa, a sufrir, a amar, a llorar o a reír. Me hace recordar a esa versión mía que no tenía miedo, ni quería escapar, solo quería caer, recorrer un espiral sin fin y perderme en lo que el amor significaba para mi, o bueno, lo que significa ahora también solo que visto desde una perspectiva totalmente diferente, más sana y racional. Menos infantil y por así decirlo aterricé el amor y lo resumí en tener los pies en la tierra pero con las alas en la cabeza... así tal cual. Así no hay peligro de perderme de nuevo. 

¡Amén!





¿Que ternura no? Me gustaría dejar hasta acá esta parte, cerrando con una ironía y una alusión totalmente aislada a la desfachatez y el descaro. La primera canción la recuerdo como aquella etapa que les comenté acerca de esperar y esperar, me recuerda como mi concepto del amor crecía a medida que iba entendiendo mi relación como una relación madura, de dos partes, de dos corazones en uno. Con este tiempo aparte sentía que valía la pena luchar y supongo que es hoy el día en que ese concepto no ha cambiado, de pronto ha cambiado la forma de emplear este pensamiento pero siempre, infinitas veces infinito, juraré amar hasta el ultimo segundo, amaré todo lo merecedor de ser amado y será por siempre, eso nunca cambiará. Eso pensaba mientras volvía a escuchar esta canción, irónico y cruel es el destino muchas veces pero de igual manera no deja de ser justo y fiel al karma. Esta canción queda en mi memoria creando en mi un amor que superaba un océano completo, una zona horaria diferente y una ausencia que consideré eterna, un amor que concebí como eterno.

'Your Song' es una canción que conocí yo creo que cuando tenía unos 5 o 6 años, en otras palabras desde que tengo memoria cuando algún individuo en mi casa la ponía o simplemente sonaba en radio o algo, estamos hablando de una canción con más de 40 años de historia que he amado desde que desarrollé la capacidad del gusto por la música. Después de esa han habido mil y una versiones de esta canción pero ninguna como la de 'Moulin Rouge', perfecta en la voz de Ewan McGregor y en ese contexto del musical simplemente me enamoró y juré algún día que sería de esas canciones 'reserva' que nunca le dedicaría a nadie que no amara más que a Tatiana Castillo, mi amor eterno del colegio, bueno eterno no, es mujer, nunca pudo haber pasado, pobre de ella. En fin, esta es una versión que salió en 2001, ya hace más de 12 años y aun sigue siendo una canción simplemente hermosa y para mi, una obra de arte, desde la voz de Elthon Jhon pasando por Ewan McGregor y finalmente en la voz exquisita de Ellie Goulding que ya es más contemporánea y en 2010 lanzó una versión de esta canción la cual simplemente me dió en el corazón. 

Ya habiendo contextualizado un poco la canción pues bueno, fue días antes de conocerlo que empecé a escuchar mucho más de lo normal esta canción, pensaba en el amor, en Elton John, en Moulin Rouge, en Satine y en Christian, en historias de amor trágicas, estilo Rose y Jack, Romeo y Julieta, Rick Blaine e Ilsa Lund, yo creo que hasta en Edward y Kim Boggs. Pensaba en parejas, en las dificultades del amor, en las relaciones no solo del cine sino de la vida real, pensaba en cómo podría yo amar a alguien o ser amado estando tan perdido en ese punto de mi vida. Bueno, pues aquella tarde en esa sala de espera de las que les había hablado encontré más de una respuesta, tanto entonces como ahora, en esta habitación llena de recuerdos, veo la lógica de miles de interrogantes con respecto a el concepto de amor que tenía entonces. Esta canción que escuchaba miles de veces me hacía aspirar a un amor de película, a un encuentro que sabía que me haría vivir y morir mil veces. Sabía apenas lo empecé a conocer que esta reserva se iba a gastar. Y así fue. Hoy me sigo preguntando: ¿Qué es el amor? ¿Lo necesito? ¿Lo extraño? ¿Me extraña el amor? ¿Cuantos sietes? "¿Porque todo y no nada?"

¿Es que ya no siento nada?


(Es claro que hacen falta muchas más canciones con sus respectivos anexos. Es más, faltan las mejores.)

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