martes, 6 de julio de 2010

Mis amigos y la noche.

No se que hago sentado, no veo la necesidad de esperar a que el sol caiga para dejar de fingir. No se porque confundo mi soledad con tu ausencia, mi soledad no es tu ausencia, mi soledad es mi vida, siempre lo ha sido. Siempre pegada a mí como una sanguijuela hambrienta e insaciable. Los colores del atardecer me devuelven la esperanza, la misma que se esfuma poco a poco al caer el sol. La misma que desaparece cuando tus recuerdos vuelven a mi mente, mi mente que sigue concentrada en esos colores y en mi amada soledad.

Finalmente ha caído el sol. Llega la noche, la profunda y cómoda noche. Cuando los pecados caminan por las calles abarrotadas de pensamientos lujuriosos, de vicios, de sed, de llanto, gritos y gemidos alocados y silenciados por la noche. Cuando comienzo a ser yo, cuando puedo ahogar mis gritos. Es en la oscuridad cuando la culpa no es un azote, sino mi amiga, una vez más. Es la Culpa, la Avaricia, la Codicia mi grupo de estrategas, mi compañía mientras camino leyendo en los ojos de las asquerosas personas sus muchos pensamientos repugnantes. La maldad, el odio, el deseo, el hambre, compasión, celos. Es simplemente despreciable sentir como trabajan sus mentes. Es totalmente desagradable ver, oír y sentir que el carbón que mueve la vida de estos cerdos son estos sentimientos desaforados, ver como el ocio invade a las personas, sentir como los cuchillos atraviesan mi pecho al conoce como funciona el mundo.

La noche es cómplice de esta desatada caja de Pandora, la noche invita al pecado, me invita a bailar y saltar con mis cómplices, a pecar una vez mas, a emborrachar mis sentidos, aumentar mis culpas, a sentirme vivo. Finalmente acomodo a Culpa, a Avarica y Codicia en una mesa, solos. Una mesa sucia, el sitio ni hablar. No espero más, no merezco más. Ni yo ni mis colegas. Hablo con ellos. Las "personas" en el lugar me miran de reojo y secretamente critican a la única mente en ese lugar que funciona correctamente. Que digan lo que quieran, yo estoy en lo mío. Logra llamar mi atención el noticiero de las 10pm, pero como siempre no hay nada nuevo. Nada que no haya visto en el de la semana pasada. Políticos corruptos, muertes, violaciones, mal clima, deportes que ni me interesan y por ultimo chismes y maricadas de gente que es aun mas repugnante que mis amigos, cualquiera de este sitio o inclusive yo. No pretendo durar mucho en este sitio, mis colegas van a donde voy, lo cual es una ventaja de ser como soy. No dependo de nadie y siempre estoy acompañado por mis amigos, o por mi amada soledad. Pido cinco cervezas, Lujuria no demora en llegar. Ninguno quiere tomar, las excusas de siempre, dolor de cabeza, trabajo, dinero, dinero, dinero. Me tomo sin prisa mi cerveza, junto con la de ellos. Lujuria llega justo cuando vamos saliendo. Culpa se despide prometiendo volver en la mañana.

Solo quedamos cuatro. Aprovecho la compañía y camino por las calles ilegales, las calles donde los pecados caminan de la mano, uno al lado de otro, mezclándose y dañando las mentes aun más perversas que las calles. Decido adentrarme en un callejón, un callejón ya familiar para ser honesto. Una mujer me sonríe, es de estatura promedio, trigueña, sonrisa encantadora, labios deseables y con ella un deseo indescriptible. Lujuria me acerca a ella, la aprueba. Codicia y Avaricia me señalan dos mujeres mas, igual o mas hermosas que la anterior. Me convencen. De pronto me siento flotando, levitando, caminando, no lo se. Ahora somos siete en una habitación. Rápido y apasionadamente me despojo de mis harapos mientras pienso en lo que Culpa se esta perdiendo. Estoy tendido en una cama no muy grande, sofocado por mis tres acompañantes que me insultan, gimen y desean brutalmente mientras mis amigos gozan observando como estoy de satisfecho y excitado al seguir sus consejos, sus ordenes. Se ven incluso mas extasiados que yo. Pasan casi dos horas de sudor, gritos, posiciones y orgasmos. Me siento ya cansado por no decir más que satisfecho. Saco unos cuantos billetes de mis pantalones que están en el piso sucio, me visto rápidamente y salgo sosteniéndome en mis sonrientes amigos y agradeciéndole a esas putas por los momentos previos.

Me hallo desubicado, no se donde estoy ni que hacer, son alrededor de las 3 de la madrugada y decido tomar un taxi, me despido de mis amigos efusivamente. Llego a mi casa, me desvisto totalmente, dedico un buen tiempo a bañarme y a meditar. Como un puñal vuelve tu imagen a mi mente, te recuerdo una vez mas, te odio y te deseo de una forma desesperada, como siempre lo he hecho. Salgo de la ducha, miro la ciudad pútrida que se asoma por mi ventana, pienso nuevamente en los animales, los cerdos que la habitan, cierro los ojos y me dejo caer sobre la cama, un espiral de pensamientos y recuerdos marean mi mente, siento como mi vida pasa en un segundo, pienso en ti, como lo hago día a día, noche tras noche. Después de un tiempo y entre mis tormentosos pensamientos logro dormir. Me levanto cansado, mareado, alguien llama a la puerta. A golpes abro, son dos. Mí cumplido amigo Culpa y mi infinita, eterna y amada Soledad.

2 comentarios: