martes, 6 de julio de 2010

Un temor inquietante

Hoy mis temores son distintos. Mis miedos no son los de siempre y la razón de mis escalofrios es diferente, es más personal e inquietante. Es más profunda, mas mía. Mis temores se concentran solo en mi mismo, en quien soy hoy y quien puedo ser mañana. En lo que siento hoy y lo que no recordare cuando despierte. Hoy muero por conocer el porque de esta sensación y mañana probablemente viva en función de esta. Temo a no saber quien soy, a no saber porque de noche soy uno y de día otro. Temo al no saber lo que deseo y a saber si lo que quiero es o no lo que esta bien. Le tengo miedo a mirarme a los ojos sabiendo que a quien miro no es a mi mismo, ni a quien seré más tarde, soy una persona distinta al abrir y cerrar los ojos, soy una persona manipulada por una ráfaga de sentimientos que transforman mi carácter en cuestión de un parpadeo. No siento que pueda ser mejor, no siento que mi vida sea una sola y menos aún que sea solo mía. Mi vida se resume en el conjunto de personas que soy cada día que pasa, con cada día se forja una nueva personalidad en mi, cada persona es distinta a la otra, es peor, es autora de nuevos deseos, de nuevas metas y aspiraciones. Cada persona es interprete de nuevos dramas e impulsos, de nuevos limites y nuevos extremos. Quien soy cuando escribo no es quien seré después de soñar una vez más. El miedo a no poder establecer un carácter es lo que me conduce a dudar de lo que anhelo cada día, lo que me hace preguntarme si mis deseos actuales serán mis deseos futuros, si mi dolor será el mismo siempre y si este calor seguirá quemándome cuando una nueva y fría personalidad tome lugar en mi cuerpo. Cada mañana quiero algo distinto, a alguien distinto. Quiero saltar de alegría o sumirme en lo bohemio de un trago y una balada desgarradora. Quiero salir e iluminarme con un bonito día o aborrecer inexplicablemente cada detalle inspirador en el mundo. Un día tengo amigos y otro simplemente me sumerjo en la misantropía inevitable. Hoy por ejemplo es una noche en la que un beso sincero barrería mis preocupaciones y lamentos, es una noche en la cual sostener una mano haría que mi mundo se mantuviera unido y alegre. Esta noche es una noche en la que sé que habrá una madrugada eterna, poco descanso, una mañana en la que despertaré confundido, arrogante y desinteresado. Esta noche es una noche en la que no respiraré tranquilo, no lloraré ni una lagrima y en la que simplemente me dejare ahogar por alguien más que tomará mi lugar en cuanto cierre los ojos y me levantaré consciente de que no soy yo y que tomará tiempo y muchas noches más para descubrir quien soy realmente.

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